El Síndrome de Asia, cuyas siglas en inglés representan el «Autoinmune Syndrome Induced by Adjuvants» es una condición autoinmune desencadenada por adyuvantes que provocan una respuesta inflamatoria en el organismo.
El término adyuvantes según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su siglas en inglés) abarca una amplia gama de sustancias extrañas al cuerpo, como vacunas. Aunque también comprende implantes mamarios o en otras partes del cuerpo, e incluso prótesis dentales, según aclara el doctor Juan Blanco, cirujano plástico, reconstructivo y maxilofacial, especializado en explantación.
El diagnóstico: Un camino de descartes
Determinar la presencia del Síndrome de Asia no es una tarea sencilla de acuerdo con la Sociedad Argentina de Mastología (SAM). Se trata de una afección que generalmente se diagnostica por exclusión. Aquellos que lo padecen buscan la orientación de varios médicos, siendo el inmunólogo el profesional más idóneo para ofrecer un diagnóstico preciso, señala el especialista.
«El inmunólogo realizará una serie de pruebas inmunológicas para descartar otras patologías como artritis, lupus y otras enfermedades reumatológicas. Si estos análisis resultan negativos, podría considerarse la presencia del Síndrome de Asia».
Blanco subraya que este proceso puede llegar a ser angustiante, ya que muchas mujeres desconocen esta condición y creen que sufren de otro trastorno. «Muchas piensan que están perdiendo la razón al no encontrar solución a sus padecimientos. Lo más crucial en este camino es escucharlas, mostrar empatía y guiarlas hacia la comprensión de su situación».
Mucho más que un malestar físico
Los síntomas asociados al Síndrome de Asia son variados y extensos. Desde trastornos gastrointestinales como estreñimiento, constipación y gastritis, hasta dolores musculares, articulares y pérdida de la memoria reciente.
Fatiga crónica, cansancio, depresión, ansiedad y crisis de angustia también forman parte de este cuadro clínico. Además, hay otros síntomas notables, como mucosa oral o vaginal seca y caída del cabello, que son los principales indicadores que presentan las pacientes.
El proceso de explantación: Una solución con resultados variables
El proceso de explantación, en términos generales, se considera una intervención quirúrgica relativamente sencilla, según explica el médico.
«La paciente acude a consulta, se realiza un perfil preoperatorio y, tras verificar que todo está en buenas condiciones, se determina en la misma evaluación si es posible reconstruir la mama con su propio tejido o si se puede utilizar grasa de la propia paciente. Básicamente, se retira el implante mamario cubierto con su cápsula y, posteriormente, se lleva a cabo una reconstrucción inmediata».
Respecto a los riesgos, el especialista destaca que son inherentes a cualquier cirugía, desde la anestesia hasta el resultado estético final. «La paciente que se somete a una explantación debe comprender que se trata de un proceso reconstructivo, por lo tanto, el resultado estético se ve afectado. Aunque es importante señalar que habrá cicatrices extensas, generalmente en forma de ‘T’ invertida, y que no recuperará el mismo volumen que tenía antes con los implantes».
El trayecto hacia la recuperación: Paciencia como aliada
Una vez realizada la explantación, la desaparición de los síntomas del Síndrome de Asia dependerá de cada paciente. Por lo general, alrededor de la cuarta semana, el 60% de los síntomas han desaparecido, y para la octava semana, se espera que el 80% de ellos se hayan disipado. «Es fundamental que las pacientes comprendan que la mejoría será progresiva y que se requiere paciencia. Los síntomas no desaparecerán de un día para otro, pero la mejoría será evidente a lo largo del tiempo».